jueves, 18 de junio de 2009

POESÍAS Y CUENTO DEL 3ER ENCUENTRO LITERARIO - DE PALABRAS ARCANAS Y SECRETAS

"Vida"

Se perciben presencias, se reafirma el encuentro,
que se retrasa, evita.
Uno de ellos se pone en favor del viento,
con el sol a su espalda,
en contra de la nebulosa,
el otro no se muestra...
Se esconde en un eclipse pequeño,
dentro de un astro.
Un ligero susurro, sordo y metálico,
arremeten ferozmente, un contra golpe acierta el otro falla,
las mascaras se estrellan,
se funden, se desintegran,
Estas buscan los ojos, buscan la rabia...
Una rápida estocada en espiral, hace vibrar suavemente una hoja,
una brisa rosa y tibia acaricia el rostro pulcro,
salpica los labios
hacen catar la boca,
ceban el hombre,
despiertan la bestia,
un toùche liso enturbia la tarde.
Pero...un sudor frió recorre los cuerpos,
las piezas de bronce pesan demasiado,
un escudo cae y queda inmóvil, otro rueda y danza.
Los hierros dejan las manos...
Dos cuerpos se precipitan pesadamente, en vista lenta.
Del cual uno solo besa la hierba, el otro en vano intenta besar al cielo.
Se pierde la percepción del tiempo,
Estancan, enfrían, vacían,
y levantan agitadamente,
luego de cuatro fallidos intentos,
lógicas palabras brotan,
hablando de virtudes y un después,
la mirada opuesta,
protesta en contra, e impugna futuro,
los fierros chocan,
los filos se mellan,
ambas hojas se disgregan,
poco importa,
las manos harán el resto, terminaran la obra...
Una palma abierta sacude el esternón,
la otra visita la quijada.
La razón llega, el silencio la recibe.
El extraño conocido ha sido exiliado del espejo.

AUTOR: Lautaro Arballo.



"ENTRE BRUMAS"



“Que la arena de oro, y las aguas verdes
y los cielos puros me vieran pasar…”

Alfonsina Storni


Sobre el cristal espejado
tropieza un rostro
de luna adormecida.


Esa quieta sonrisa altiva
corta la madurez
del silencio, mientras


una sinfonía de plata-nácar
en el macizo saliente
de la costa


resbala sus hilos de
seda en la urdimbre
de la madrugada


hasta atrapar tu sombra
allá,
en el horizonte.


En su fría amalgama de espuma
Comienza el giro incandescente
Del último poema


Cruzando la menuda línea
entre el cielo sombrío
y la nostalgia del mar.

AUTOR: María Mazzei de Ciceri



"AFLICCIÓN"


La niña-tristeza viene bajando
por la calle entumecida
de este sólido otoño.


Otoño marcado por el torbellino
de hojas secas que intentan, quedar
prendidas al hilo de su savia
gimiendo entre las ramas.


Ramas que entrecruzan sus ocres
sobre pasos de sueños perdidos
en un cielo de Abril.


Abril…
Abril, sigue
pintando el deslizar de una lágrima
junto a la reja fría, e inerte
de su soledad.


Mael

AUTOR: María Mazzei de Ciceri



"Camino a la confesión"


Aquella armoniosa mañana me levanté decidida a confesarle todo, a describirle las sensaciones que provocaban su mirada en mí, sus labios notoriamente húmedos, su espalda, sus codos puros, su singular cintura, sus acogedoras manos.
Ya no soportaba el silencio que me dañaba profundamente como un rasguño pesado, caliente, insistente.
Me propuse ese día hablarle. Me levanté y me deshice con agua tibia de mi lagañosa mirada triste. Y con la frente en alto, salí con la esperanza puesta en el aroma del jazmín que llevaba como de moneda de la suerte esparcido por toda mi piel, mi remera sin mangas, mi pollera.
Me quedaban unas largas cuadras. Sin embargo, decidí no tomarme ningún transporte y caminar. Paso a paso aumentaba o disminuía un latente nerviosismo, una súplica, una lágrima, una risa, un llanto, una bronca…La caminata se iba transformando en una expresión continua de sentimientos confusamente intercalados. Ya no estaba la mirada triste con la que había amanecido, pero sí insistían en nacer distintos sentimientos a partir de cada roce de la suela de mis zapatos contra la furiosa tierra de los hombres.
Me estaba acercando a su casa. Mis manos pequeñas temblaban por aquel amor loco, aquel amor que ha existido alguna vez para todos. Sentía los inevitables nervios amenazados aún más por la distancia cercana a ese lugar donde lo encontraría, pero a su vez, sentía la relajada sonrisa de poder expresarle todo, de descargar al fin una mochila pesada, llena de lápices para pintar un arco iris de a dos hasta allí, ilusorios.
Me acerqué. Pasé el jardín. Torpemente, tropecé con el escalón que dividía aquel sector repleto de flores con el techo que cobijaba al brillante y titubeante timbre, tan turbado como lo estaba yo. Cuando al fin me decidí concretar mi trayecto, aplasté las dudas apretándolas contra mis dientes y oprimí el botón del timbre que comenzó a sonar insistentemente. Mi corazón suplicaba un lugar nuevo para esconderse, para disimular sus apresurados latidos, para no morir allí. Mi corazón resistió. Ahora, esperaba que él atendiera. Los segundos se me hicieron minutos, los minutos, horas. Abrió al fin un hombre canoso y esbelto de una edad considerable, que a penas podía pronunciar en un tono muy leve ciertas palabras, a veces entre cortadas. Me miró fantaseando con el olor del jazmín impregnado en mi ropa y me preguntó por qué lo había pensado tanto, por qué no llegué antes. Entendí que era él y sin mediar otras palabras le estreché sollozando un cálido y significante abrazo. Yo estaba feliz porque iba a poder descargar la mochila repleta de lápices y dibujarlo esta vez, con rasgos no tan inventados.

AUTOR: Dianela Arnodo.



"Mezquina Gravedad"




Desesperados por entender,
Intentamos evitar la dolorosa,
Enfermiza y estruendosa realidad,
Aturdidos por la incesante codicia,
Que día a día se vuelve la franquicia.

La gente y sus ideas me desquicia,
La bondad en la calle se queda,
Pidiendo abrigo tu puerta golpea.

Abrigo a cambio de felicidad...
Que duro es entender!

Como es que logras extender,
Los brazos de tu cruda realidad,
Mientras mis abrazos de cristal,
Se desintegran en el mar.


Cada despertar, un nuevo comenzar,
Una nueva oportunidad,
Para que logremos madurar
Pero tu mezquina gravedad,
Ya no sabe donde encontrar,
Para falsas redenciones, un altar.

AUTOR: Osvaldo Molina


" Poeta enamorado "


Tu me miras y te sonríes,
Yo te miro y te sonrío,
Que más puedo hacer sino sonreír,
Ante tu traje invisible,
Que en una lavandería de pasiones,
Al igual que mi traje enamorado,
Es despojado de las decepciones.
Acaso serán de mayor valía tus intenciones,
Superioridad egoísta de un cirquero,
Talentosa actuación, ultimada con vanidad,
Yo amo, tu amas, en contrarias dilecciones.
El amor es libre aun de nuestras torpes decisiones.
Empieza un nuevo día y tu caminas,
Mi amada respira, mientras tu caminas,
Los panaderos caminan, mientras de amor suspiro,
Y tu tan solo caminas, y cuentas historias.
Yo amo y eso en nada cambia la vida,
No la tuya, no la de ellos con sueños quebrantados,
Tan solo mi corazón latente,
Te mira, se sonríe y se divierte.
Cuantas lagrimas se necesitan para crear,
Un vasto e interminable mar,
Tantas como pasiones al azar,
Se utilizan para un poema terminar.
Ocupada mi mente en el amor está,
Porque debería procurar,
Los deseos de un ser invisible transmitir,
Opacando a mi amada con tu potestad.
Por el amor quiero ser amado,
Mirar el cielo y suspirar,
Que me vea la gente por las calles
Y sin dudar vean el rostro... de un poeta enamorado.

AUTOR: Osvaldo Molina



" CANTO A MODO DE INTRODUCCION"


"Si el verbo se hizo Soledad...
yo vivo en el Verbo y la Muerte"

Yo soy el enamorado del Infinito,
de lo imposible;
amo los pétalos de las rosas,
la gloria de su perfume.

Llevo en el alma las ansias
del aplauso,
el respeto,
la gloria;
busco el amor de la Humanidad
y me olvido de ella.

Soy el olvidado de los sueños,
del hambre y la sed.
El del canto interior.

Soy el ser del Otro Universo,
del Universo sin existencia de materia.
Del universo en el cual
me alimento de estrellas.

Bebo el perfume de la Vida,
de la rosa inmaterial del pensamiento.

Soy el cantor de la Muerte,
del Amor y la Vida.

Mis cantos complacen al Hombre.

La Humanidad me paga
con títulos de GENIO, POETA, CANTOR,
y se olvida de mi existencia.

Se olvida que no solamente se vive
del aplauso
y
la Gloria.
El mundo me castiga con el olvido,
acecha sus enfermedades,
debilita mi cuerpo.

Mis Poetas-hijos se olvidaron de comer,
mis Hermanos-poetas se olvidaron de comer,
porque no tienen comida.

El destino vengativo
me recuerda a cada instante
el hambre de mis Parientes...;
que no sólo buscamos el pan sin levadura,
sino la escencia también.
Soy el ambicioso de la Paz
porque no la tengo de que nací.

Soy la flor que dulcifica el Espíritu,
atormenta el cuerpo,
el látigo de alambre contra la tiranía,
el despotismo
y
la injusticia...

Y
la injusticia,
el despotismo,
la tiranía;
hacen carne en mí.
Soy el complejo de la Humanidad.

Llevo la lepra Humana
y de mis enfermedades saco
melodías y sueños para el PUEBLO.
Sobre todo, cuando el pueblo es AMERICA INDIA.

Y mi pueblo me condena
porque es aliado del destino
y del sistema...

El valor relativo destruye mi mente.
Mueren las flores materiales
en mis manos...

Se callan los ruiseñores al canto seco
de mi garganta ronca;
mi voz trae los ecos
de profundidad y lejanía.

Sólo la muerte me salva la misión
de llevar la pesada carga en los lomos;
ya llenos de cicatrices cárdenas.

"Cuando nací
brotó una flor en los Olimpios cielos,
al morir
llorarán todas"...

-La Naturaleza me tiende su amistad
y me brinda amable su belleza...-

Soy el desterrado
que arrastra la Gran Cruz por la vida...

El enamorado del infinito,
de lo imposible;
amo a los pétalos de los Jazmines
y la gloria de su perfume.

Autor: Víctor Hugo Arévalo Jordán



"POR LOS VIDRIOS ROTOS DE LA PUERTA"

Por los vidrios rotos de la puerta,
pasa el viento, pasan los sueños y el amor,
pasa la vida,
el sol,
el frío;
pasa la vista traviesa.

Tardes de música popular
que se escapan por los huecos vacíos
de los vidrios rotos
de mi puerta sin hogar.

-Chismes por teléfono
que no pueden salir-

Pasa la vida,
el sol,
la muerte,
imperturbable la puerta se seca al sol.

Un ojo curioso observa inocentemente
por las rendijas del secreto y del misterio.
Un ojo curioso no se dá cuenta
que es maniquí de las Grandes Manos;
inocencia sin saber lo que hace.
Pasa la melodía y repasa el trueno
por los vidrios rotos de mi puerta.

La mano ladrona quiere urgar el fondo,
imposible,
que esta tarde de septiembre y de viento
puede tocar el fondo.

Ni la mano ladrona y
el ojo curioso
ni los chismes por teléfono
en las tardes de música popular
saben que mi puerta de vidrios rotos
sólo se abre al infinito.

AUTOR: Víctor Hugo Arévalo Jordán

No hay comentarios: