martes, 19 de mayo de 2009

RECORDANDO A MARIO BENEDETTI

DESDE NUESTRO LUGAR, NUESTRO HOMENAJE

Cuando un amigo se va...
Queda un espacio vacío ....
Que no se puede llenar....

Un amigo que se va, pero que nos deja colmados de sus poesías, versos, novelas, cuentos, ensayos, obras de teatro, guiones de cine.
Su ausencia no es mas que física, esta en nosotros....
En nuestro corazón...
Está vivo en una canción....
Dice presente en el libro de la mesa de luz...
Nos dice aquí estoy en su poesía,
Quien no transcribió un día un párrafo a un enamorado?
Solo muere al que se lo olvida.
Lo que se recuerda .....VIVE ¡¡


COMO ÁRBOLES
Quién hubiera dicho que estos poemas de otros iban a ser míos
después de todo hay hombres que no fui y sin embargo quise ser si no por una vida al menos por un rato o por un parpadeo
en cambio hay hombres que fui y ya no soy ni puedo ser y esto no siempre es un avance a veces es una tristeza
hay deseos profundos y nonatos que prolongué como coordenadas hay fantasías que me prometi y desgraciadamente no he cumplido y otras que me cumplí sin prometérmelas
hay rostros de verdad que alumbraron mis fábulas rostros que no vi más pero siguieron vigilándome desde la letra en que los puse
hay fantasmas de carne otros de hueso también hay los de lumbre y corazón o sea cuerpos en pena almas en júbilo que vi o toqué o simplemente puse a secar a vivir a gozar a morirse pero además está lo qe advertí de lejos
yo también escuché una paloma que era de otros diluvios yo tambén destrocé un paraíso que era de otras infancias yo también gemí un sueño que era de otros amores
asi pues desde este misterioso confín de la existencia los otros me ampararon como árboles con nidos o sin nidos poco importa no me dieron envidia sino frutos
esos otros están aqui
sus poemas son mentiras de a puño son verdades piadosas
están aqui rodeándome juzgandome con las pobres palabras que les di
hombres que miran tierra y cielo a través de la niebla o sin sus anteojos también a mí me miran con la pobre mirada que les di
son otros que están fuera de mi reino claro pero además estoy en ellos
a veces tienen lo que nunca tuve a veces aman lo que quise amar a veces odian lo que estoy odiando
de pronto me parecen lejanos tan remotos que me dan vértigo y melancolía y los veo minados por un duelo sin llanto y otras veces en cambio los presiento tan cerca que miro por sus ojos y toco por sus manos y cuando odian me alegro de su rencor y cuando aman me arrimo a su alegría
quién hubiera dicho que estos poemas míos iban a ser de otros.

En un sensillo homenaje la ASOCIACIÓN SAN GERÓNIMO de Santa Fe, Argentina, se suma al fallecimiento de Mario Benedetti.

1 comentario:

Ema dijo...

Desde este lado del mundo las cosas no han cambiado demasiado.La calle de siempre corre hacia ninguna parte enloquecida y gris, solo mis pasos se volvieron mas lentos, mi mirada mas vieja, mi corazon mas triste.
Quizas el otoño me va tiñiendo el alma de nostalgia, quizas la muerte hoy me roba las sonrisas.
Es imposible perdonar al destino que hoy debe sentirse un despojo de soledad, un ramo negro de flores marchitas.
Que solo que comienzo a sentirme, como si todas las musas hubiesen huido tras sus pasos, hacia la Luz, la eterna, la suya.
Desde el domingo, violeta-morado, que mis manos se han quedado inmoviles, de duelo las palabras.
Es que El Poeta decidio partir, sin saber que se iba a quedar de esta manera entre nosotros.
Mientras escribo, el frio se torna algo mas intenso, la luz algo mas oscura, el alma algo mas fosil.
El mundo ha perdido las palabras, al menos las de el. Y ella, inconsolable, me mira sufrir su asuencia sin decirme nada, desde el hondo silencio, sabemos los dos que compartimos un dolor muy parecido. Le beso la mejilla a la distancia porque se que siente mis manos impalpables que le acarician su pena infinita. Le escudriño los detalles del vestido color negro, como la noche misma, hasta llegar a sus ojos que estan tristes y derraman lagrimas. Hoy la poesia esta de luto.

Mandamiento Nº 12

Pero si pese a todo
no pueden evitarlo
y congelan el jubilo
y quieren con desgana
y se salvan ahora
y se llenan de calma
y reservan del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejan caer los párpados
pesados como juicios
y se secan sin labios
y se duermen sin sueño
y se piensan sin sangre
y se juzgan sin tiempo
y se quedan inmóviles
al borde del camino
y se salvan
entonces
no se queden conmigo

Emanuel Andreotti